Algunos de nosotros trabajamos con inmigrantes de África y Medio Oriente en el Reino Unido, Suiza y Alemania, y hemos ayudado en campos de refugiados en Grecia. Algunos de nosotros apoyamos los esfuerzos de los ancianos Lakota para revitalizar su idioma y cultura, y los apoyamos en Standing Rock para detener el oleoducto Dakota. Algunos de nosotros forjamos vínculos con curanderos en Ruanda, mientras que otros hemos trabajado para lograr la paz entre israelíes y palestinos.

Algunos trabajan en sistemas penitenciarios en los Estados Unidos y Canadá, con presos, guardias y administradores. Algunos han abierto negocios, escuelas y organizaciones sin fines de lucro en vecindarios de bajos ingresos. Algunos trabajan políticamente para encontrar soluciones al cambio climático. Y algunos nos recuerdan que el bienestar personal, el cuidado y el humor son ingredientes esenciales en el cuidado del mundo.

Hacemos esto individualmente; muchos de nosotros tenemos nuestros propios centros, programas de enseñanza y organizaciones sin fines de lucro. Al mismo tiempo, es importante pertenecer a una gran familia espiritual, formando, trabajando, colaborando y celebrando juntos, dando testimonio de la alegría y el sufrimiento del mundo.